La sociedad limitada, conocida comúnmente como SL, es una forma jurídica utilizada por muchas empresas debido a su flexibilidad y protección de responsabilidad. Dentro de este tipo de sociedad, existen varias modalidades que se adaptan a diferentes necesidades empresariales:
Es la forma básica y más común de sociedad limitada. Está formada por uno o varios socios que limitan su responsabilidad al capital aportado. Es adecuada para pequeñas y medianas empresas.
Es una variante diseñada para facilitar la creación de nuevas empresas, con trámites simplificados y requisitos reducidos. Normalmente, permite una constitución rápida y una gestión sencilla.
Es una sociedad limitada en la que la mayoría del capital social pertenece a los trabajadores que prestan sus servicios en la empresa, fomentando la participación y el control de los empleados.
Este tipo permite la incorporación progresiva de socios o capital adicional, facilitando la ampliación de la empresa sin necesidad de crear una nueva sociedad.
Cada una de estas modalidades tiene particularidades legales y fiscales que conviene analizar según las necesidades específicas del negocio.