Las enfermedades infecciosas son aquellas causadas por microorganismos patógenos como bacterias, virus, hongos o parásitos. A continuación, se presentan las 10 enfermedades infecciosas más conocidas y que representan un gran impacto en la salud pública a nivel mundial:
Virus de inmunodeficiencia humana que afecta el sistema inmunológico, llevando al síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Se transmite principalmente por contacto sexual, uso compartido de agujas y de madre a hijo durante el embarazo, parto o lactancia.
Virus de la gripe que causa epidemias anuales con síntomas como fiebre, dolor muscular, cansancio y problemas respiratorios. La vacunación anual ayuda a prevenirla.
Enfermedad bacteriana que afecta principalmente los pulmones, aunque puede involucrar otros órganos. Se transmite por la inhalación de aerosoles infectados.
Virus que infectan el hígado y pueden causar enfermedades crónicas, cirrosis o cáncer hepático. La hepatitis B se transmite por contacto sanguíneo y relaciones sexuales, mientras que la hepatitis C se transmite principalmente por sangre.
Enfermedad parasitaria transmitida por la picadura de mosquitos infectados del género Anopheles. Provoca fiebre, escalofríos y anemia.
Principalmente causada por virus como el rotavirus y bacterias como la Salmonella, que provocan deshidratación severa, especialmente en niños pequeños.
Enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2, que afecta el sistema respiratorio y puede causar síntomas desde leves hasta graves, incluyendo neumonía y fallo multiorgánico.
Incluyen sífilis, gonorrea, herpes genital, virus del papiloma humano (VPH), entre otras, transmitidas por contacto sexual y que pueden causar complicaciones severas.
Virus altamente mortal que provoca fiebre hemorrágica, daño en órganos y sangrado interno. La transmisión se da por contacto directo con fluidos corporales de personas infectadas.
Enfermedad bacteriana transmitida por contacto con agua o tierra contaminada con orina de animales infectados, que puede causar fiebre, dolores musculares y complicaciones renales o hepáticas.
Estas enfermedades representan un desafío constante para la salud pública, pero muchas de ellas pueden prevenirse mediante vacunación, higiene adecuada y medidas de control epidemiológico.