coleccionables ➡️ ¿Cuál es un ejemplo de un coleccionable?
Un ejemplo clásico de un coleccionable son las tarjetas de béisbol. Estas tarjetas representan a jugadores, equipos o momentos históricos del deporte y son buscadas por coleccionistas de todas las edades. Otros ejemplos populares incluyen monedas antiguas, figuras de acción, cómics, sellos postales y cartas de juego como las de Pokémon o Magic: The Gathering. Los coleccionables suelen tener valor sentimental o económico y son apreciados por su rareza, estado de conservación y demanda entre los coleccionistas.